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"¿Son los transgénicos una opción válida y segura?"

  • Álex Tuñas Corzón
  • 11 abr 2015
  • 7 Min. de lectura

Arroz dorado (transgénico, arriba) y arroz blanco (abajo). Fotografía del International Rice Research Institute (IRRI).

El viernes pasado tuve la oportunidad de asistir al primer debate “Regueifas de ciencia”, en el que la gran pregunta sobre la que se discutió fue “¿Son los transgénicos una opción válida y segura?”. Al público asistente se nos dio un mando para que contestáramos, cosa que es de agradecer, aunque las únicas respuestas posibles eran: “Sí”, “No” o “No lo sé”. A pesar de que yo sí tenía clara la respuesta a esta pregunta no pude darle con gusto al botón, puesto que mi contestación pasaba por un muy gallego “Depende” que no se contemplaba entre las opciones. He de dejar claro, antes de nada, que mi "Depende" se refiere exclusivamente a los agrotransgénicos, que por otra parte era sobre lo que se centraba el debate. El motivo es que considero que siendo una herramienta alucinante como lo es, no se le está dando el uso que debiera tener, al ser destinada de forma casi exclusiva a que -permítaseme la expresión- los gordos occidentales sigamos engordando.

Sin entrar en profundidad a dar mi opinión personal he de decir que salí decepcionado, dada la limitada apertura de miras que mostraron algunos de los ponentes. Hace unos años, la escritora Natasha Gilbert comentaba en la revista Nature que “en el debate sobre los alimentos y los cultivos transgénicos puede resultar difícil diferenciar donde termina la evidencia científica y empieza la especulación y el dogma”. Algo muy similar a esto parecía opinar el prestigioso ingeniero bioquímico Herrera Estrella, cuando en un artículo para la revista EMBO reports decía que "esta controversia ha degenerado en un estéril e histérico debate en el que los hechos importantes son ignorados y donde muy pocas ideas nuevas son introducidas con el fin de buscar la manera de que la tecnología se use de la forma más segura posible". Esa es la impresión que me llevé a casa el viernes.

Me pregunto por qué existe la tendencia a adoptar posturas extremas en situaciones que no lo requieren necesariamente. Quiero decir, si a mí me preguntaran ahora si la homeopatía o la astrología funcionan, evidentemente no me andaría con rodeos y contestaría con un rotundo NO, dado que no existe absolutamente ningún tipo de evidencia, ni el menor atisbo de prueba científica o modelo predictivo, que demuestre lo contrario. Pero la respuesta a una pregunta compleja y ambigua como la del viernes no debería resultar tan fácil. En lugar de aferrarnos a lo que es negro o blanco, ¿por qué no exponer los pros y contras cuando existen pros y contras?

Un transgénico no es más que un organismo que ha sido genéticamente modificado por medio del añadido de uno o varios genes de otra especie. En contra de lo que se solía pensar, ya no sólo es que los humanos llevemos miles de años modificando genéticamente a las plantas por selección artificial sino que, en los últimos años, se ha descubierto que el intercambio de genes entre especies diferentes es común en la naturaleza. Es algo propio sobre todo del micromundo de las bacterias pero que en realidad afecta a practicamente todo cuanto vive en este planeta, incluidos los animales y las plantas. Fuera del laboratorio los responsables del transporte e inserción de genes entre especies suelen ser los agentes infecciosos, entre los que los virus resultan ser los reyes del proceso. Por lo tanto, cuando en el año 1973 los científicos Cohen, Boyer & Berg decidieron combinar el gen de una rana con el ADN de una bacteria, conviertiéndose así en las primeras personas en obtener un organismo transgénico, no estaban siendo ni tan originales ni tan temerarios como a muchos les gustaría.

Mazorcas de maíz dulce (Zea mays).

Los transgénicos tienen muchísimos pros, amigo lector:

-Sin los transgénicos no nos sería posible investigar multitud de importantes aspectos biológicos, muchos de las cuales pueden ayudar a mejorar el conocimiento de las enfermedades.

-Sin los transgénicos los enfermos de diabetes no tendrían a su disposición la insulina de hoy en día, que tantas vidas salva todos los años.

-Existen plantas transgénicas que producen anticuerpos contra la artritis reumatoide, la cólera, la malaria, ciertos cánceres, VIH, hepatitis B, etc. e incluso se han conseguido plantas transgénicas que fabrican vacunas contra enfermedades infecciosas del tracto gastrointestinal.

-Parte de la ropa que llevas puesta es muy probable que esté hecha con fibras de algodón transgénicas, al igual que tu dinero.

-Ciertos alimentos transgénicos ricos en determinados nutrientes, como el arroz dorado, pueden salvar a millones de personas de una muerte o una ceguera segura y mejorar la calidad de vida de otras tantas.

-Los cultivos transgénicos incrementan la producción agrícola en miles de millones de euros y evitan que millones de kg de pesticidas sean diseminados al medio ambiente todos los años, representando al mismo tiempo una ventaja para el agricultor que se evita un importante gasto económico.

-No existen evidencias sólidas de que los transgénicos ocasionen ningún tipo de daño a la salud, así que come tranquilo y no te dejes demasiado dinero con el negocio de la mal llamada comida ecológica.

-Los cultivos transgénicos se someten a unos controles muy rigurosos que minimizan enormemente el cultivo de variedades peligrosas para el medio.

Sin embargo, los transgénicos no son la panacea, como tampoco lo es la ultrasecuenciación o la reciente y revolucionaria técnica CRIPR:

-Es un hecho constatado que algunos agrotransgénicos pueden entrañar ciertos riesgos directos para la vida salvaje. Un caso paradigmático es el que se publicó en el año 1999 en un célebre artículo de Nature, en el que se alertaba del daño mortal que ocasionaba la toxina BT sobre las orugas de la más famosa de las mariposas, la Monarca. Si bien es cierto, hai que decir que estamos hablando de daños minúsculos en comparación con el gran beneficio que supone el uso del maíz BT para la naturaleza (debido a la eliminación de pesticidas), pero es un daño comprobado por la ciencia y no debemos ignorarlo (Losey et al, 1999).

-De forma similar, existen también riesgos indirectos para la fauna y la flora, como el desarrollo de fuertes resistencias a determinados herbicidas por parte de las malas hierbas. El ejemplo más claro es el de una planta que se hizo resistente al glifosato en EEUU, hecho atribuído al extendido uso que se hizo de este compuesto químico en los campos de algodón transgénico, diseñados para que fuesen resistentes al mismo. Es importante tener en cuenta que el problema de las resistencias no está provocado exclusivamente por los transgénicos, ni mucho menos, sino que es una realidad desde la generalización del uso de los herbicidas. No obstante, el uso masivo de un único herbicida, como el caso del glifosato, en lugar de la combinación de varios tal y como se hace en los cultivos tradicionales, puede acelerar significativamente el proceso de adaptación de las malas hierbas (Gilbert, 2013).

-Existe la posibilidad de que se produzca la transferencia entre especies de alguno de los genes de resistencia insertados por el hombre. La probabilidad de que ocurra tal fenómeno es muy baja entre especies distantes pero puede ser significativa entre especies de cultivo y formas asilvestradas del mismo, con la consecuente diseminación de una variedad superhíbrida que podría erosionar la biodiversidad del entorno. De nuevo, se trataría de un supuesto daño a la diversidad biológica que no sería significativo en comparación con los beneficios que aportan los transgénicos, pero es un hecho corroborado por casos empíricos, como el del maíz de México, y por lo tanto se debe tener en cuenta (Dyer et al, 2009; Pyñeiro-Nelson et al, 2009; Gressel, 2010).

-Una solución que se ha propuesto precisamente para evitar la diseminación de variedades modificadas fuera de control ha sido la creación de las denominadas “semillas terminator”. Aunque actualmente no se encuentran comercializadas, estas serían producidas por las plantas transgénicas y se caracterizarían por ser completamente estériles. Esto podría acarrear una situación de inferioridad del pequeño agricultor con respecto a las multinacionales, obligado a comprarles las semillas todo el rato.

-Y el que a mí me parece el punto más importante: a pesar de la enorme valía de los transgénicos para combatir la pobreza y el hambre en el mundo, por motivos políticos y económicos los países en vías de desarrollo no se están beneficiando apenas de ellos, pudiendo verse incluso perjudicados, y el número de personas bajo el umbral de la pobreza y el hambre en el planeta ya supera el billón en la actualidad (Estrella & Morales, 2001; Nature, 2002; CBAN, 2015).

Oruga monarca (Danaus plexippus) sobre asclepia (Asclepias tuberosa). Fotografía de Marshal Hedin.

A estas alturas supongo que ya te habrás dado cuenta de que las ventajas superan con creces a los inconvenientes, que -salvo en lo tocante a la injusticia social- no dejan de ser puntuales. Por lo tanto esto convierte a la transgénesis en un invento muy útil y tremendamente esperanzador de cara al futuro de la agricultura y de la humanidad. No obstante, a la pregunta “¿Son los transgénicos una opción válida y segura?” seguiré contestando que depende. Los transgénicos serán una opción verdaderamente válida cuando se repartan equitativamente -o allí donde realmente son necesarios- en lugar de que sólo los usemos los occidentales para seguir engordando a la par que mil millones de personas pasan hambre en todo el mundo, mientras que serán seguros siempre y cuando sigamos tomando las precauciones y los controles que desde hace tiempo se están tomando.

Referencias:

-Dyer, G., Serratos-Hernández, J., Perales, H., Gepts, P., Piñeyro-Nelson, A., Chávez, A., Salinas-Arreortua, N., Yúnez-Naude, A., Taylor, J. and Alvarez-Buylla, E. (2009). Dispersal of Transgenes through Maize Seed Systems in Mexico. PLoS ONE, 4(5), p.e5734.

-Gilbert, N. (2013). Case studies: A hard look at GM crops. Nature, 497(7447), pp.24-26.

-Gressel, J. (2010). Needs for and environmental risks from transgenic crops in the developing world. New Biotechnology, 27(5), pp.522-527.

-Herrera Estrella, L. and Alvarez Morales, A. (2001). Genetically modified crops: hope for developing countries?. EMBO reports, 2(4), pp.256-258.

-Jhansi Rani, S. and Usha, R. (2013). Transgenic plants: Types, benefits, public concerns and future. Journal of Pharmacy Research, 6(8), pp.879-883.

-Losey, J., S. Rayor, L. and E. Carter, M. (1999). Transgenic pollen harms monarch larvae. Nature, 399(214).

-Piñeyro-Nelson, A., van Heerwadeen, J., Perales, H., Serratos-Hernández, J., Rangel, A., Hufford, M., Gepts, P., Garay-Arroyo, A., Rivera-Bustamante, R. and Álvarez-Buylla, E. (2009). Transgenes in Mexican maize: molecular evidence and methodological considerations for GMO detection in landrace populations. Molecular Ecology, 18(4), pp.750-761.

-Poverty and transgenic crops (2002). Nature, 418(6898), pp.569-569.

-Where in the world are GM crops and foods (2015). Canadian Biotechnology Action Network (CBAN).

 
 
 

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